Cuando doña Ana María de Cárdenas comenzó a obsequiar y vender parte de sus tierras, a inicios del siglo XIX, difícilmente imaginó que estaba dando inicio al nacimiento de una de las ciudades más bonitas y distinguidas del Valle Central de Costa Rica.
Doña Ana María fue, propiedad de los terrenos donde hoy se encuentra la mayor parte del cantón de Santa Ana y, de acuerdo con los historiadores, tomó la decisión de donar una parte de sus tierras, para que las cultivaran y poblaran. La finca formaba parte del cantón de Escazú.
Debido a su cercanía con la comunidad de Escazú, y a las características propias de la evolución de aquella época, su evolución fue lenta. En 1873 fue creada la Escuela Central de Santa Ana (administración de don Tomás Guardia Gutiérrez) y no fue hasta 1972, cuando entró en funciones del Colegio de Santa Ana.